El Diario Oficial de Extremadura
(DOE) ha publicado el decretos por el que se declara Bien de Interés
Cultural (BIC), en la categoría de monumento, a la iglesia de San Martín, en la
localidad de La Zarza. La incoación del
citado expediente se produjo en 1991, con lo que la Consejería de
Educación y Cultura continúa con su labor de puesta al día en la
tramitación de una documentación que redunda en el mantenimiento del
patrimonio extremeño y que llevaba muchos años no resuelta.
Nos hacemos eco aquí de la información histórico-artística sobre la Iglesia de San Martín recogida en dicha declaración y algunas imágenes del monumento.
Iglesia de San Martín en la actualidad
La iglesia de San Martin
se ubica en una zona elevada de la población, en el centro de un conjunto de
desembocaduras de calles. El paisaje urbano circundante esta formado por
edificaciones modernas, la mayor parte de ellas de dos plantas y de planta baja
y doblado. El templo se localiza exento. Hasta hace algunos anos la iglesia se
hallaba adosada al colegio, si bien actualmente existe un estrecho callejón que
separa el recinto del mismo, construido en los anos 70 del siglo XX, de la
iglesia. El templo pertenece al arzobispado de Merida-Badajoz. La historia del
edificio ha sido azarosa, al haber permanecido sin uso durante mucho tiempo y
haber sido sometido a diferentes restauraciones y reconstrucciones, entre ellas
la restauración de la cubierta llevada a cabo hace pocos años, así como la reconstrucción
completa del campanario de la torre (aunque al parecer siguiendo el modelo
original), al arruinarse aquel.
El templo es un ejemplo
muy interesante de arquitectura del siglo XVI (si bien finalizado a comienzos
del siglo XVII), siendo perceptible una gran unidad estilística en su interior. El edificio esta construido
mediante el uso de ladrillo, mampostería y sillares. La estructura del templo
es contundente, destacando los grandes paramentos apenas interrumpidos por
contrafuertes. Sobresalen en planta, además de los contrafuertes, únicamente la
sacristía adosada a la cabecera, y sendas capillas situadas en los muros de la epístola
y del evangelio, datables en el siglo XVI.
Imagen de la Iglesia antes de las últimas restauraciones.
La edificación corresponde
por tanto esencialmente al siglo XVI, si bien en su cronología son visibles
distintas etapas, apreciándose algunas diferencias formales entre la cabecera,
poco más antigua, y la nave. Las dos portadas serian, a su vez, más tardías,
probablemente de comienzos del siglo XVII. Destaca además en el templo el
aspecto mudéjar de parte de la construcción, particularmente el friso de
ladrillo ubicado sobre las fachadas del evangelio, de los pies, y en el ábside,
realizado mediante arcos entrelazados y coronado por almenas escalonadas.
Imagen de la Iglesia antes de las últimas restauraciones.
Solamente se conserva en
su aspecto original en parte de la zona del evangelio, mientras que en las
zonas del ábside y de los pies del templo se ha realizado una imitación de
dicho friso con el mismo diseño, igualmente de ladrillo. También de ladrillo
son parte de los contrafuertes, así como la torre ubicada sobre los pies de la
iglesia, reconstruida totalmente en su segundo cuerpo en este material en 1992
por haberse arruinado la misma durante el siglo XX. El campanario posee arcos
de medio punto en cada uno de sus lados y chapitel. Francisco Tejada Vizuete, académico
de la Real Academia de Extremadura, autor de la obra: “Fuentes documentales
para el estudio de la arquitectura de los siglos XVII y XVIII en Merida y su
entorno (Nomina de Artifices)”(Junta de Extremadura, Consejería de Cultura,
Badajoz 2004), que cita documentación existente en el Archivo Parroquial,
concreta algunos datos sobre esta zona del templo. Así, a finales de 1617 se
inicia la terminación de las obras de la iglesia en lo que respecta al último
tramo y torre, la cual seria ejecutada por los maestros Gutiérrez de Herrera,
maestro de obras de Valencia de Alcántara residente en Merida, y Juan Sánchez.
Exteriormente el templo
tiene dos portadas ubicadas en las fachadas del evangelio y de los pies, así
como un pequeño acceso a la sacristía. La portada del evangelio esta
constituida por un arco de medio punto enmarcado por pilastras cajeadas que
sostienen un entablamento rematado por frontón partido flanqueando un edículo.
Todo ello en ladrillo enjalbegado y pintado en color crema. Se trata de una
portada clasicista datable en torno a comienzos del siglo XVII, tal y como ya
se ha indicado. Sobre la portada se ubica una espadaña.
Imagen de la Iglesia antes de las últimas restauraciones.
Respecto a la portada de
los pies o del perdón, de cantería y datable igualmente en las mismas fechas,
la misma se conforma mediante dos pilastras que enmarcan un arco de medio punto
sobre el que se sitúa el entablamento y un frontón partido En medio del frontón
se localiza un nicho sin imagen alguna. Sobre la portada existe una ventana que
ilumina el coro.
Otras dos ventanas se sitúan
a ambos lados de la portada y dos pequeños huecos iluminan el acceso al
campanario y la capilla bautismal. Son estos los únicos elementos de iluminación
del templo junto a dos ventanas de medio punto situadas en la zona del ábside y
una de formato cuadrado en la fachada de la epístola. Es aun menor la iluminación
del templo, además, al haberse cegado varios huecos en las capillas, por
haberse instalado con posterioridad retablos y taparlos.
Cabecera y ábside en la actualidad
Interiormente es muy
destacable la gran diafanidad y amplitud espacial del templo. La iglesia de San
Martin de Tours posee nave única dividida en tres tramos; cabecera dividida en
dos zonas; atrio interior situado bajo la torre, y coro situado sobre aquel. El
coro se abre mediante arco rebajado a la nave. En la zona de los pies se ubican
además la capilla bautismal y el acceso a la torre, ambas dependencias ubicadas
a ambos lados del atrio citado. Las bóvedas en esta zona son de canon y de
arista. El arco de entrada al templo desde el atrio es rebajado, mientras que
el de la capilla bautismal lo es de medio punto.
Respecto a la nave
central, el edificio posee tres tramos de bóveda de crucería estrellada
separadas por arcos fajones de medio punto. En cambio, el arco toral del ábside
es apuntado, lo que se relaciona con la cronología un poco más antigua de esta
zona. El diseño de bóvedas de las capillas y ábside es más sencillo que el de
las naves, siendo el más simple de todas el de la sacristía, de crucería
cuatripartita. En esta sacristía las ménsulas tienen precisamente el pometeado característico
durante parte de los siglos XV y XVI. En el caso de la bóveda de la capilla del
evangelio, la misma tiene la plementería pintada. Las capillas situadas en los
lados del evangelio y de la epístola conectan con la nave mediante arcos
apuntados.
Interior de la Iglesia de San Martín
Son también de interés las
ménsulas renacentistas que soportan los empujes de los arcos de la nave, con diseños
en los que son visibles denticulados, cabezas de angelotes y otros motivos
decorativos, los cuales se corresponden con una fase avanzada del siglo XVI e
incluso hasta las primeras décadas del XVII, según la documentación existente.
En las claves de las bóvedas son visibles el escudo de la Orden de Santiago y
distintos motivos geométricos.
Elemento de singular interés
es la credencia u hornacina similar a otras que podemos encontrar en la comarca
de Merida (Valverde de Merida, Trujillanos, etc.) Se apunta en la obra
“Monumentos artísticos de Extremadura” (VV. AA., Merida, ERE, 1995) la
posibilidad de que en su ejecución interviniera Pedro de Maeda, autor
documentado en la portada plateresca de Fuente del Maestre, por ciertas
similitudes estilísticas. Esta credencia de estilo renacentista es mayor que el
resto de las existentes en la comarca de Merida, pues la misma es accesible a
nivel de suelo. La misma esta realizada dentro del muro y su función seria,
como es habitual, servir de sagrario. La obra consta de arco carpanel
flanqueado por columnillas y con medallones en las enjutas. El frente tiene dos
cuerpos separados por entablamento, en el que se localizan dos medios
medallones. En la parte inferior es visible el escudo de azucenas de la virgen
flanqueado por leones tenantes y en el superior una venera central adornada con
grutescos y atlantes y rematada con cruz. Dentro del hueco mayor se encuentra
un segundo hueco más pequeño rematado en arco conopial, correspondiente a
modelos estilísticos anteriores a los visibles en la nave. Según informaciones
facilitadas por Francisco Tejada Vizuete, quien cita documentación del Archivo histórico
Nacional, en la Visita santiaguista del 18 de marzo de 1550 se describe el
sagrario renacentista, que originalmente tendría puertas. También en esta
visita se describe la nueva capilla bautismal “(...) de bóveda, cercada de una
rexa de pino”. (En este sentido, conviene reseñar que la reja de la capilla
bautismal actualmente existente también es de madera, realizada mediante
balaustres, pudiendo tratarse de la original). Además se relacionan las
obras de ampliación que se están acometiendo en el templo, ya que se alude a
una “cubierta de madera de pino” sobre arcos de ladrillo en la zona
correspondiente a la nave del templo. La Visita del 20 de
octubre de 1556 es aun mas completa. En ella se describen las dos capillas ya
realizadas, así como la sacristía y, nuevamente, la cubierta de madera. Posteriormente, en la
Visita del 22 de enero de 1605 consta que ya se ha sustituido parte de la
cubierta de madera por un tramo de bóveda de crucería, si bien prosiguen las
obras. Seria el 29 de noviembre de 1617, cuando el mayordomo de la cofradía del
Santísimo presto 1460 reales a la parroquia para concluir los tramos de bóveda
que faltaban. Sobre el muro de la epístola
se abrieron en un momento dado cinco nichos de medio punto de escasa profundidad
con objeto de alojar imágenes sagradas.
Bienes patrimoniales del
interior del templo.
Son de interés patrimonial
y parte inseparable de este Bien de Interés Cultural los siguientes bienes:
—Retablo mayor: se
estructura en banco, dos cuerpos, tres calles y ático. Contiene las características
propias del estilo de la segunda mitad del siglo XVII: columnas salomónicas de
orden gigante que apoyan en ménsulas de cierto desarrollo y que abarcan mas de
un cuerpo, además del protagonismo del manifestador. Es un retablo mixto, de
talla y pincel. En el primer cuerpo
aparecen las tallas de San Pedro y San Pablo, de canon alargado y
relacionables, por su estilo, con los talleres pacenses de la primera mitad del
siglo XVIII.
En el segundo, dos
pinturas que representan a la Virgen de Belén y a San José con el Niño. En la calle central, y a
un nivel intermedio entre el primer y segundo cuerpo, la imagen del titular,
San Martin de Tours. Corona el conjunto un ático con el cuadro de Santiago Apóstol.
—Retablo de la Virgen del
Rosario. Ubicado en el lado del evangelio. Posee un solo cuerpo sobre banco. Se
divide en tres calles, cada una con su hornacina, y ático. Las entrecalles están
constituidas por columnas salomónicas en el centro y pilastras cuadrangulares
en los extremos. El ático lo constituye una pintura sobre tabla de la Virgen
con el Nino. La mesa de altar es moderna. Las imágenes de las hornacinas
corresponden a San José y el Nino, San Antón, y la Virgen del Rosario, datable
en el siglo XVI, de buena factura y estilo romanista. Este retablo, por su
factura, pudiera ser contemporáneo del retablo mayor, e incluso de las mismas
manos.
—En la capilla de la epístola
existe otro retablo. Es un retablo a lo blanco, compuesto por un solo cuerpo
sobre banco, cuyo remate superior plano con cuatro pináculos puede indicar que
en un momento dado se eliminara el ático, o que se dejara inconcluso. Posee
tres calles, con sendas hornacinas, separadas por columnas salomónicas de
recargada decoración. Obra datable en los siglos
XVII-XVIII. Respecto a las imágenes, la del lateral izquierdo es moderna. La de
la calle derecha representa a San Blas, y es de cronología dudosa. En la hornacina central,
una imagen de Cristo en una de sus caídas camino del Calvario, iconografía extraña
en nuestro país pero muy abundante en Portugal (Cristo dos Passos), Posee
vestiduras de tela y cabello natural. Fechable en el siglo XVIII. Ante el altar
se sitúa un Cristo yacente en su urna, de factura moderna.
—Capilla del lado del evangelio. Retablo de un solo cuerpo y ático de amplio desarrollo que alberga, dentro de una hornacina cruciforme, un crucificado de papelón. El cuerpo consta de tres hornacinas separadas por columnas salomónicas que albergan imágenes de la Verónica, la Dolorosa, ambas de candelero, y San Juan, esta ultima moderna. La mesa de altar es moderna. La bóveda ojival de la capilla aparece decorada con una pintura mural de motivos vegetales y posiblemente contemporánea al retablo.
—Retablo de la nave de la epístola.
Estructurado en banco, un solo cuerpo y ático. La hornacina central esta
flanqueada por columnas salomónicas y alberga una imagen de la Inmaculada. Todo el conjunto se
encuentra completamente repintado. El estilo y cronología de este retablo
parece ser similar al del resto de retablos del templo.
—Imagen de San Marcos.
Talla de buena factura del siglo XVI o principios del XVII.
—Niño Jesús. De pequeño tamaño,
porta en su mano derecha un cáliz y en la izquierda una bola del mundo. Es de
talla completa aunque en la actualidad aparece vestido. Puede ser obra del
siglo XVIII.
—Crucificado. Con brazos
articulados para servir en la ceremonia del Descendimiento. Muy repintado, por
la forma de la corona, trenzada, y el paño de pureza, parece ser obra del siglo
XVI o primera mitad del XVII.
—Imagen de San Francisco
Javier. De candelero. Por sus características pudiera ser obra de Francisco
Ruiz Amador, escultor pacense de la primera mitad del siglo XVIII, con
abundante obra en la provincia.
—Reja de la capilla
bautismal, de madera.
—Pila bautismal original e
in situ.
Son parte inseparable de
este bien toda la platería y ajuar litúrgicos anteriores al siglo XX.