lunes, 13 de octubre de 2014

La Iglesia de San Martín declarada B.I.C.

El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado el decretos por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de monumento, a la iglesia de San Martín, en la localidad de La Zarza. La incoación del citado expediente se produjo en 1991, con lo que la Consejería de Educación y Cultura continúa con su labor de puesta al día en la tramitación de una documentación que redunda en el mantenimiento del patrimonio extremeño y que llevaba muchos años no resuelta.
Nos hacemos eco aquí de la información histórico-artística sobre la Iglesia de San Martín recogida en dicha declaración y algunas imágenes del monumento.

 Iglesia de San Martín en la actualidad
La iglesia de San Martin se ubica en una zona elevada de la población, en el centro de un conjunto de desembocaduras de calles. El paisaje urbano circundante esta formado por edificaciones modernas, la mayor parte de ellas de dos plantas y de planta baja y doblado. El templo se localiza exento. Hasta hace algunos anos la iglesia se hallaba adosada al colegio, si bien actualmente existe un estrecho callejón que separa el recinto del mismo, construido en los anos 70 del siglo XX, de la iglesia. El templo pertenece al arzobispado de Merida-Badajoz. La historia del edificio ha sido azarosa, al haber permanecido sin uso durante mucho tiempo y haber sido sometido a diferentes restauraciones y reconstrucciones, entre ellas la restauración de la cubierta llevada a cabo hace pocos años, así como la reconstrucción completa del campanario de la torre (aunque al parecer siguiendo el modelo original), al arruinarse aquel.
El templo es un ejemplo muy interesante de arquitectura del siglo XVI (si bien finalizado a comienzos del siglo XVII), siendo perceptible una gran unidad estilística en su interior. El edificio esta construido mediante el uso de ladrillo, mampostería y sillares. La estructura del templo es contundente, destacando los grandes paramentos apenas interrumpidos por contrafuertes. Sobresalen en planta, además de los contrafuertes, únicamente la sacristía adosada a la cabecera, y sendas capillas situadas en los muros de la epístola y del evangelio, datables en el siglo XVI.
Imagen de la Iglesia antes de las últimas restauraciones.
La edificación corresponde por tanto esencialmente al siglo XVI, si bien en su cronología son visibles distintas etapas, apreciándose algunas diferencias formales entre la cabecera, poco más antigua, y la nave. Las dos portadas serian, a su vez, más tardías, probablemente de comienzos del siglo XVII. Destaca además en el templo el aspecto mudéjar de parte de la construcción, particularmente el friso de ladrillo ubicado sobre las fachadas del evangelio, de los pies, y en el ábside, realizado mediante arcos entrelazados y coronado por almenas escalonadas.
 Imagen de la Iglesia antes de las últimas restauraciones.
Solamente se conserva en su aspecto original en parte de la zona del evangelio, mientras que en las zonas del ábside y de los pies del templo se ha realizado una imitación de dicho friso con el mismo diseño, igualmente de ladrillo. También de ladrillo son parte de los contrafuertes, así como la torre ubicada sobre los pies de la iglesia, reconstruida totalmente en su segundo cuerpo en este material en 1992 por haberse arruinado la misma durante el siglo XX. El campanario posee arcos de medio punto en cada uno de sus lados y chapitel. Francisco Tejada Vizuete, académico de la Real Academia de Extremadura, autor de la obra: “Fuentes documentales para el estudio de la arquitectura de los siglos XVII y XVIII en Merida y su entorno (Nomina de Artifices)”(Junta de Extremadura, Consejería de Cultura, Badajoz 2004), que cita documentación existente en el Archivo Parroquial, concreta algunos datos sobre esta zona del templo. Así, a finales de 1617 se inicia la terminación de las obras de la iglesia en lo que respecta al último tramo y torre, la cual seria ejecutada por los maestros Gutiérrez de Herrera, maestro de obras de Valencia de Alcántara residente en Merida, y Juan Sánchez.
Exteriormente el templo tiene dos portadas ubicadas en las fachadas del evangelio y de los pies, así como un pequeño acceso a la sacristía. La portada del evangelio esta constituida por un arco de medio punto enmarcado por pilastras cajeadas que sostienen un entablamento rematado por frontón partido flanqueando un edículo. Todo ello en ladrillo enjalbegado y pintado en color crema. Se trata de una portada clasicista datable en torno a comienzos del siglo XVII, tal y como ya se ha indicado. Sobre la portada se ubica una espadaña.

 Imagen de la Iglesia antes de las últimas restauraciones.
Respecto a la portada de los pies o del perdón, de cantería y datable igualmente en las mismas fechas, la misma se conforma mediante dos pilastras que enmarcan un arco de medio punto sobre el que se sitúa el entablamento y un frontón partido En medio del frontón se localiza un nicho sin imagen alguna. Sobre la portada existe una ventana que ilumina el coro.
Otras dos ventanas se sitúan a ambos lados de la portada y dos pequeños huecos iluminan el acceso al campanario y la capilla bautismal. Son estos los únicos elementos de iluminación del templo junto a dos ventanas de medio punto situadas en la zona del ábside y una de formato cuadrado en la fachada de la epístola. Es aun menor la iluminación del templo, además, al haberse cegado varios huecos en las capillas, por haberse instalado con posterioridad retablos y taparlos. 
Cabecera y ábside en la actualidad
Interiormente es muy destacable la gran diafanidad y amplitud espacial del templo. La iglesia de San Martin de Tours posee nave única dividida en tres tramos; cabecera dividida en dos zonas; atrio interior situado bajo la torre, y coro situado sobre aquel. El coro se abre mediante arco rebajado a la nave. En la zona de los pies se ubican además la capilla bautismal y el acceso a la torre, ambas dependencias ubicadas a ambos lados del atrio citado. Las bóvedas en esta zona son de canon y de arista. El arco de entrada al templo desde el atrio es rebajado, mientras que el de la capilla bautismal lo es de medio punto.
Respecto a la nave central, el edificio posee tres tramos de bóveda de crucería estrellada separadas por arcos fajones de medio punto. En cambio, el arco toral del ábside es apuntado, lo que se relaciona con la cronología un poco más antigua de esta zona. El diseño de bóvedas de las capillas y ábside es más sencillo que el de las naves, siendo el más simple de todas el de la sacristía, de crucería cuatripartita. En esta sacristía las ménsulas tienen precisamente el pometeado característico durante parte de los siglos XV y XVI. En el caso de la bóveda de la capilla del evangelio, la misma tiene la plementería pintada. Las capillas situadas en los lados del evangelio y de la epístola conectan con la nave mediante arcos apuntados. 

Interior de la Iglesia de San Martín
Son también de interés las ménsulas renacentistas que soportan los empujes de los arcos de la nave, con diseños en los que son visibles denticulados, cabezas de angelotes y otros motivos decorativos, los cuales se corresponden con una fase avanzada del siglo XVI e incluso hasta las primeras décadas del XVII, según la documentación existente. En las claves de las bóvedas son visibles el escudo de la Orden de Santiago y distintos motivos geométricos. 
Elemento de singular interés es la credencia u hornacina similar a otras que podemos encontrar en la comarca de Merida (Valverde de Merida, Trujillanos, etc.) Se apunta en la obra “Monumentos artísticos de Extremadura” (VV. AA., Merida, ERE, 1995) la posibilidad de que en su ejecución interviniera Pedro de Maeda, autor documentado en la portada plateresca de Fuente del Maestre, por ciertas similitudes estilísticas. Esta credencia de estilo renacentista es mayor que el resto de las existentes en la comarca de Merida, pues la misma es accesible a nivel de suelo. La misma esta realizada dentro del muro y su función seria, como es habitual, servir de sagrario. La obra consta de arco carpanel flanqueado por columnillas y con medallones en las enjutas. El frente tiene dos cuerpos separados por entablamento, en el que se localizan dos medios medallones. En la parte inferior es visible el escudo de azucenas de la virgen flanqueado por leones tenantes y en el superior una venera central adornada con grutescos y atlantes y rematada con cruz. Dentro del hueco mayor se encuentra un segundo hueco más pequeño rematado en arco conopial, correspondiente a modelos estilísticos anteriores a los visibles en la nave. Según informaciones facilitadas por Francisco Tejada Vizuete, quien cita documentación del Archivo histórico Nacional, en la Visita santiaguista del 18 de marzo de 1550 se describe el sagrario renacentista, que originalmente tendría puertas. También en esta visita se describe la nueva capilla bautismal “(...) de bóveda, cercada de una rexa de pino”. (En este sentido, conviene reseñar que la reja de la capilla bautismal actualmente existente también es de madera, realizada mediante balaustres, pudiendo tratarse de la original). Además se relacionan las obras de ampliación que se están acometiendo en el templo, ya que se alude a una “cubierta de madera de pino” sobre arcos de ladrillo en la zona correspondiente a la nave del templo. La Visita del 20 de octubre de 1556 es aun mas completa. En ella se describen las dos capillas ya realizadas, así como la sacristía y, nuevamente, la cubierta de madera. Posteriormente, en la Visita del 22 de enero de 1605 consta que ya se ha sustituido parte de la cubierta de madera por un tramo de bóveda de crucería, si bien prosiguen las obras. Seria el 29 de noviembre de 1617, cuando el mayordomo de la cofradía del Santísimo presto 1460 reales a la parroquia para concluir los tramos de bóveda que faltaban. Sobre el muro de la epístola se abrieron en un momento dado cinco nichos de medio punto de escasa profundidad con objeto de alojar imágenes sagradas.

Bienes patrimoniales del interior del templo.

Son de interés patrimonial y parte inseparable de este Bien de Interés Cultural los siguientes bienes:

Retablo mayor: se estructura en banco, dos cuerpos, tres calles y ático. Contiene las características propias del estilo de la segunda mitad del siglo XVII: columnas salomónicas de orden gigante que apoyan en ménsulas de cierto desarrollo y que abarcan mas de un cuerpo, además del protagonismo del manifestador. Es un retablo mixto, de talla y pincel. En el primer cuerpo aparecen las tallas de San Pedro y San Pablo, de canon alargado y relacionables, por su estilo, con los talleres pacenses de la primera mitad del siglo XVIII.
En el segundo, dos pinturas que representan a la Virgen de Belén y a San José con el Niño. En la calle central, y a un nivel intermedio entre el primer y segundo cuerpo, la imagen del titular, San Martin de Tours. Corona el conjunto un ático con el cuadro de Santiago Apóstol.

Retablo de la Virgen del Rosario. Ubicado en el lado del evangelio. Posee un solo cuerpo sobre banco. Se divide en tres calles, cada una con su hornacina, y ático. Las entrecalles están constituidas por columnas salomónicas en el centro y pilastras cuadrangulares en los extremos. El ático lo constituye una pintura sobre tabla de la Virgen con el Nino. La mesa de altar es moderna. Las imágenes de las hornacinas corresponden a San José y el Nino, San Antón, y la Virgen del Rosario, datable en el siglo XVI, de buena factura y estilo romanista. Este retablo, por su factura, pudiera ser contemporáneo del retablo mayor, e incluso de las mismas manos. 
 En la capilla de la epístola existe otro retablo. Es un retablo a lo blanco, compuesto por un solo cuerpo sobre banco, cuyo remate superior plano con cuatro pináculos puede indicar que en un momento dado se eliminara el ático, o que se dejara inconcluso. Posee tres calles, con sendas hornacinas, separadas por columnas salomónicas de recargada decoración. Obra datable en los siglos XVII-XVIII. Respecto a las imágenes, la del lateral izquierdo es moderna. La de la calle derecha representa a San Blas, y es de cronología dudosa. En la hornacina central, una imagen de Cristo en una de sus caídas camino del Calvario, iconografía extraña en nuestro país pero muy abundante en Portugal (Cristo dos Passos), Posee vestiduras de tela y cabello natural. Fechable en el siglo XVIII. Ante el altar se sitúa un Cristo yacente en su urna, de factura moderna.

 Capilla del lado del evangelio. Retablo de un solo cuerpo y ático de amplio desarrollo que alberga, dentro de una hornacina cruciforme, un crucificado de papelón. El cuerpo consta de tres hornacinas separadas por columnas salomónicas que albergan imágenes de la Verónica, la Dolorosa, ambas de candelero, y San Juan, esta ultima moderna. La mesa de altar es moderna. La bóveda ojival de la capilla aparece decorada con una pintura mural de motivos vegetales y posiblemente contemporánea al retablo.

Retablo de la nave de la epístola. Estructurado en banco, un solo cuerpo y ático. La hornacina central esta flanqueada por columnas salomónicas y alberga una imagen de la Inmaculada. Todo el conjunto se encuentra completamente repintado. El estilo y cronología de este retablo parece ser similar al del resto de retablos del templo.

Imagen de San Marcos. Talla de buena factura del siglo XVI o principios del XVII.

Niño Jesús. De pequeño tamaño, porta en su mano derecha un cáliz y en la izquierda una bola del mundo. Es de talla completa aunque en la actualidad aparece vestido. Puede ser obra del siglo XVIII.

Crucificado. Con brazos articulados para servir en la ceremonia del Descendimiento. Muy repintado, por la forma de la corona, trenzada, y el paño de pureza, parece ser obra del siglo XVI o primera mitad del XVII.

Imagen de San Francisco Javier. De candelero. Por sus características pudiera ser obra de Francisco Ruiz Amador, escultor pacense de la primera mitad del siglo XVIII, con abundante obra en la provincia.

Reja de la capilla bautismal, de madera.

Pila bautismal original e in situ.
 Son parte inseparable de este bien toda la platería y ajuar litúrgicos anteriores al siglo XX.

domingo, 28 de septiembre de 2014

El Jarro de La Zarza en Canal Extremadura TV

El pasado sábado 27 de septiembre se emitió en Canal Extremadura el segundo capítulo del programa Historia de Extremadura titulado: Tartesos, la civilización perdida. En él aparece el Jarro de La Zarza, entre otros objetos de bronce, como ejemplo representativo de las elaboradas piezas de caracter decorativo o religioso asociados a la cultura Tartésica.
Algunas vistas del Jarro de La Zarza (situado en la parte derecha).
 Aquí podeis ver el programa completo. Os dejo el momento en el que aparece el Jarro.
Actualmente el jarro de La Zarza se encuentra en el Museo Arqueologico de Badajoz donde puede ser contemplado.